El lunar que pudo salvarle la vida

La historia se repite con frecuencia escalofriante: alguien nota un lunar extraño, no acude al médico, lo ignora durante meses y, cuando decide actuar, el diagnóstico es letal. En pleno siglo XXI, ¿cómo puede el melanoma seguir ganando terreno en la era de la tecnología?

El cantante  y guitarrista jamaiquino Bob Marley murió por un melanoma en la uña, lunar que pasó desapercibido hasta que fue demasiado tarde. El dermatólogo Duarte lo mencionó como un caso emblemático, pero más allá de la celebridad, miles de personas viven una situación similar sin siquiera saberlo.

 

 

El problema no es la falta de recursos médicos, es la falta de atención de los cambio que genera el cuerpo. Cuando un especialista afirma que el cerebro detecta antes que nosotros los cambios en la piel, uno se pregunta: ¿por qué no confiamos más en nuestro instinto? ¿Por qué nos enseñaron a ignorar las señales?

El autoexamen debería enseñarse en las escuelas, como parte de una formación básica para la salud, el cuidado de la piel debe dejar de ser un acto extraordinario y convertirse en rutina. Si algo tan simple como observar un lunar puede salvarnos la vida, entonces no debería sperar más.

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